La Problemática Propia

Para escribir poesía no hay por qué, o es tan esquivo y efímero que no podría señalarse con tanta facilidad. Si suponemos, sin embargo, que existe una teleologia poetica, los caminos pueden abrirse, nombrarse. Por ejemplo, un fin de la poesía puede ser el acompañar o tocar a otros. Pero cambiemos la palabra fin por la de razón, pues no soy fan de adjudicarle un fin a lo poético. La razón, en cambio, podemos establecerla como substancia, masa de sentido sobre la que se apoya el qué hacer poético. Pues bien, si tomamos esta razón de la poesía como la nuestra (razón que siempre es elección), estaríamos en condiciones de hallar un camino correcto de dialogar con ella. Porque si nuestra razón de poesía es shockear al otro (por poner un ejemplo) y nos dedicamos a reforzar lugares comunes de la escritura, nuestra razón cae y deja entonces de ser el shock la sustancia y pasa a ser otra cosa. 

Pensemos en el esquema de base y superestructura. Como lo leemos, desde Raymond Williams en adelante, el esquema base superestructura no es mas determinista si no que es dialéctico. Como siempre lo ha sido, se objetará. Siempre lo fue, pero en una dialéctica mecánica. Volvamos a la poesía: nuestro qué hacer se funda en una base (razón de poesía + por qué de poesía) y en una superestructura (el producto cultural al que, mas por convención mas por forma, llamamos poema). 

Pues bien, tanto base como superestructura se corresponden y se influyen mutuamente. No hay una instancia que esté antes o después. Lo que hay antes de todo es la dimensión genética, el cúmulo de afectos y pasiones que le recorren a un cuerpo, una dimensión fluctuante, que es siempre potencia. Luego está la actualización de esa dimension. En poesía, lo que llamamos 'Qué hacer poético' (el esquema base -superestructura) sería la actualización y definición (porque le implanta unos límites) de la dimensión genética

Si bien el por qué de poesía es in-significable la gran mayoría de las veces (¿Por qué tomaste la decisión de escribir un poema sobre ESTA cosa en particular?), la razón de poesía sí que es seleccionable (podemos tomar la decisión de escribir sobre una cosa u otra, pero nunca sobre Esta cosa).

Creo haber encontrado una forma correcta de llevar a cabo una razón de poesía.

El título de este ensayo se titula La problemática propia porque ese es el artilugio que encontré para dar con una entre tantas razones de poesía: el contacto.

Se dirá: básicamente, Martin, hablar de tus propios temas y ya, de la juventud y eso.

Me gustaría precisar este argumento que de hecho sería una réplica valida, porque mi entendimiento de la problemática propia nace de ahí.

¿Qué es, entonces, la problemática propia? La problemática propia tiene que ver con lo íntimo. Wow. Qué epifanía. Pero sostengo la redundancia porque lo íntimo no es simplemente "lo privado entre lo privado". Lo íntimo, en mi forma de verlo, es un fenómeno profundamente social. Lo íntimo tiene la capacidad de afectar a un otro porque no existe un íntimo sin un privado, y no hay un privado sin un público, sin un espacio de acción común de individuos. Lo público es constitutivo de lo íntimo. En todo caso, lo íntimo es la fracción subjetiva de lo público, que por los devenires evolutivos del ser humano, se extirpó del lenguaje. 

Si mi razón de poesía es el contacto (entendido el contacto como un encuentro emocional entre dos sujetos separados topocronológicamente), la táctica para mantenerla viva es profundizar en un aspecto de lo publico: lo íntimo. 

No es hablar de mis temas, es hablar de los temas de todos autobiográficamente. En lo autobiográfico se juega el por qué de poesía, en el tema de todos se juega la razón de poesía. Pero si eso fuera nada más, no tendría sentido acuñar la categoría de problemática propia. Y claramente no es eso nada más. Agrego un término más. 

Hablar de los temas de todos autobiográficamente signado por una falta/falla/castración. 

El poeta que toma la pluma y escribe desde la problemática propia pone en juego su vulnerabilidad como factor efectual, es decir, como táctica para generar un efecto. No cualquier efecto, el efecto que persigue la razón de poesía del contacto. No hay dos formas de la expresión de vulnerabilidad iguales. Así como son todas de efecto suficientemente parecido como para agruparse en la categoría de expresión de vulnerabilidad

Fíjese la cantidad de categorías nuevas empleadas: Razón de poesía, problemática propia, expresión de vulnerabilidad, factor efectual, dimensión genética, y ninguna de estos abordajes logra que la poesía se reduzca. En todo caso, funciona de esta manera porque no son categorías utilizadas para definir la poesía de otros, si no para definir mi propia poesía.

En el taller con Flor empezamos a ver unos poemas míos nuevos donde aparece la temática amorosa, una que para mí, por motivos inconscientes, me estaba negada. Una pulsión se reactivó, surgió un por qué de poesía. Yo tengo elegida de antes mi razón de poesía, el contacto. La superestructura de este esquema está representado por un poema con una forma-contenido particular: la problemática propia, que responde por su factor efectual, la expresión de la vulnerabilidad, a la razón, por el tema de todos autobiograficamente al modulo intimidad-publicidad, y el signado de falta/falla/castración al porqué. Así, toda la superestructura dialoga con la base. 



  


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