Señal, Pretérito, Lo inconcluso: entre la tradición y la potencia.

¿Qué mierda hace un estudiante de letras haciendo crítica de arte plástico? De hecho, mucho. Fui invitado por Agustín Maldonado (@agustinmaldonadoartista) a su última muestra, “señal, pretérito, lo inconcluso”. Las obras allí expuestas (que van desde la xilografía hasta el grafito y pastel sobre papel, pasando por la tempera y la arpillera) son el producto de un proceso de trabajo y elaboración reflexiva que va desde el 2023 al 2025.

Las obras destacan, en primer lugar, por dos cosas: confianza y rescate. Confianza en una forma y el rescate de la misma de un otro lado que solamente es otro frente a una hegemonía tecnológica de la cual el artista dice querer escapar, o por lo menos, desdoblarse. El gesto del desdoblamiento no implica adversidad ni rechazo, si no una aceptación diferenciada. Ser eso mismo pero diferente. Ser el efecto del scroll pero Rafael ¿Esto quiere decir que la muestra busca una imitación de lo virtual? En lo absoluto, pero ¿Qué tanto de la virtualidad podemos encontrar en un espacio cerrado con obras colgadas o apoyadas en atriles?

Mi ojo ingenuo me prohíbe ver ciertas cosas. Algo gracioso que me sucedió fue que frente a las xilografías representadas, con su respectivo soporte y el resultado en el papel, debí inclinarme, poner mi campo de visión paralelo a la madera en la que estaba hecha la obra para notar, gracias al reflejo de la luz, que lo que tenía en frente se producía por el relieve. Punto a favor para una muestra presencial: el contacto con el material es algo que no permite la virtualidad.

Retrocedamos un poco y detengámonos en el doble movimiento mencionado mas arriba. Confianza y rescate. Tanto la confianza como el rescate apuntan a un solo objeto: la tradición. Tradición entendida no como el pasado remoto de una sucesión generacional de acontecimientos repetidos, sino como una llama eterna, viva, trascendental. Reducir la muestra a un simple “Usar lo viejo (el trabajo formal sobre la perspectiva, los motivos bernianos y rafaelinos, el estudio anatómico) para combatir lo nuevo (el scroll, el click, el refuerzo positivo de dopamina)” es sacarle el elemento que la titula: lo inconcluso ¿Cómo se relaciona la tradición con el concepto de lo inconcluso? Tampoco es lo inconcluso del estudio anatómico a la Da Vinci expuesto allí, o el estudio de perspectiva en el que figura una galería tanguera y una esquina de barrio.

Yo no relaciono lo inconcluso con la no-finalización de una experiencia formal, si no con el poder dotar a algo de la capacidad de afectar y ser afectado. Si hablamos de la finalización-no-finalizacion de una experiencia formal, esa sería la de la tradición. Pero es en ese estado ambivalente de considerar al Renacimiento y a Rafael como influencias acabadas o no donde nace una potencia, un rescate de ciertas formas a las que el artista les deposita un monto de amor y libido. La muestra convierte la tradición en una potencia, pero ¿a qué precio?

No es lo mismo la tradición que la conservación o el conservadurismo. La tradición es dinámica, la conservación o conservadurismo es la petrificación de una forma y su traslado transhistórico (hasta el presente). Y la muestra no termina de dar con su apuesta tradicionalista. Las obras son un simulacro. Los motivos oscilan entre el trazo melancólico y el aplicacionismo temático. La obra no es conservadora, porque en efecto, la contraposición a la noticia técnica promueven la emergencia de una potencia sensible. Pero al mismo tiempo, la forma que estructura esa potencia sensible apaga los ojos ¿Qué nuevo apartado de la realidad iluminan las obras de la muestra? Lo clásico no es un valor en sí porque la realidad no es clásica. Pero me gustaría terminar este ensayo con una pregunta.

Es verdad que la forma clásica no responde a una iluminación de la realidad, pero ¿Qué realidades crea aquella pintura que, petrificada la forma, intenta abordar y alojar en su gesto el vil automatismo del presente demorado?

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